Aunque el título de esta novela corta, ¿Dónde estás corazón?, lleva título de canción no pertenece a las de la serie de Leo Martín (Que en vez de infierno encuentres gloria, La vida es un tango, Usted es culpable), por tanto, no está protagonizada por el jefe del sector del barrio de Santa Clara. En este caso la acción se sitúa en La Habana y no hay un personaje principal, sino tres personajes: El Mayor, Morales y Tati.

Morales es seleccionado por El Mayor, «tu hermano Arnaldo», para encontrar a el Tati. Ha desertado de la «Brigada Artística. Hace un par de meses que anda perdido. Parece que al principio no le pusieron mucho interés al caso. Como tú dices, de elementos como ese es mejor salir lo más rápido posible. Pero ahora anunciaron una inspección. La cosa viene dura con los desertores. Al parecer son muchos y hay que ponerle coto al problema que si no esto se vuelve un relajo»

Lo que no sabe El Mayor es que Morales es homosexual y que está enamorado de el Tati. Morales es el elegido para esta misión porque «eres un sabueso. Ese es tu oficio. Y amas tu oficio porque esa es tu libertad.

Sabes lo que es la libertad porque has visto sus caras de liebre acosada.

Sabes lo que es el poder porque les has visto pedir clemencia.

Sabes lo que es el triunfo porque los has escuchado llorar de rodillas delante de ti.

 Conoces el éxito porque les has hecho morder el polvo de la derrota. Conoces lo que es el desamparo porque te sientes protegido por la ley y la justicia.

Eres la fuerza. El orden. La razón»

A medida que Morales va investigando el paradero de el Tati en los lugares de ambiente de La Habana o interrogando a las personas y familiares que le han podido ayudar a esconderse, quizás a huir, Morales recuerda su amor pasado. El Morales militar poco a poco se va desmoronando y su comportamiento se va volviendo más irracional.

«Ser homosexual ya no es un delito. Ya los pájaros no los recogen por mazos en el malecón de La Habana para mandarlos a hacerse hombres en las unidades militares de apoyo a la producción. Ya no les impiden estudiar en la universidad. Ahora los dejan hacer películas, exposiciones de pintura y publicar libritos de poesías. Ni en el Ejército es un delito ser homosexual»             

Escrito con un narrador en segunda persona, Lorenzo Lunar martillea constantemente a Morales con su conflicto interior entre lo que desea y lo que ha de aparentar, acentuado por su condición de militar y de perseguidor perseguido. Por terminar de complicar las cosas, una tía de el Tati le confunde con otra persona y le entrega quinientos dólares en billetes de cien. Una pequeña fortuna. No podrá emplear ese dinero sin levantar sospechas y, al mismo tiempo, desea esa otra vida, cruzar al otro extremo. Tanto si se mantiene fiel a su amigo, el Mayor y al orden, o desvela su condición sexual y abandona el ejército habrá de pagar un precio, como en toda novela negra.

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