L.A. Confidential es la tercera entrega de El cuarteto de Los Ángeles. La novela arranca contándonos cuál es el final de uno de los protagonistas de la anterior novela, El gran desierto, Buzz Meeks a quien le persigue el mafioso Mickey Cohen por haberle «quitado la droga y la mujer, la policía de Los Ángeles lo buscaba porque había matado a un agente». Habrá otros dos personajes emblemáticos que conocimos en la Dalia Negra y El gran desierto: el jefe de policía Dudley Smith y el fiscal general Loewe.
La acción transcurre en la Navidad de 1951. La pareja de detectives Stendlass y Buzz White hacen la ronda para recoger las cajas de alcohol que llevarán a comisaría y donde celebrarán el año nuevo. Por el camino, White se encontrará con Stompanato «el guardaespaldas de Mickey Cohen llevaba un mes sin empleo. Mickey cumplía una sentencia federal por impuestos, de tres a siete meses en McNeil. Stompanato se dedicaba a hacerse la manicura y plancharse los pantalones». Éste le dará un soplo por treinta dólares sobre un tipo que «pegaba a su esposa y la prostituía para cubrir sus pérdidas de póquer». White tiene una fijación con los maltratadores. El policía le dará una paliza al hombre con advertencia incluida: «Si la tocas de nuevo, y pienso enterarme, te haré encerrar por violación de menores. ¿Sabes qué hacen con los violadores de menores en San Quentin? ¿Eh? Creo que lo tienes claro ¿no?». Al mismo tiempo dos agentes son asaltados por seis hombres, cuatro de ellos mexicanos, quedando uno de los policías quizá con una lesión cerebral y otro quizá con la pérdida de un ojo.
Ed Exley es el responsable del turno de noche en comisaría. Su padre es un empresario de éxito, expolicía también, que ese día de navidad anuncia la creación del parque temático la Tierra de los Sueños en colaboración con Raymond Dieterling. Los Exley son una familia de policías. El padre y empresario saltó a la fama cuando resolvieron el caso Atherton. Un dato importante para lo que vendrá después.
El espíritu de la novela se podría sintetizar en el diálogo que tienen el padre y su hijo cuando éste le manifiesta su intención de ser detective.
«-Está bien, Edmund. Unas preguntas antes de que regrese con mis invitados. Primero ¿estarías dispuesto a plantar pruebas contra un sospechoso de quien sabes que es culpable para asegurar su condena?
-Tendría que…
-Contesta sí o no.
-Yo…no.
-¿Estarías dispuesto a disparar contra asaltantes armados y poco escrupulosos por la espalda para impedir que utilicen fallos del sistema legal para salir en libertad?
-Yo…
-Sí o no, Edmund.
-No.
-¿Estarías dispuesto a arrancar confesiones a golpes a sospechosos que sabes culpables?
-No.
Preston suspiró.
-Entonces, por amor de Dios, busca puestos donde no tengas que enfrentarte con esas opciones. Usa esa inteligencia superior que Dios te ha dado».
Esa noche en los calabozos de la comisaría los hombres de ley se tomarán la justicia por su mano y obligará a los mandos policiales dar un escarmiento público para acallar el escándalo. Ed Exley se presentará voluntario a declarar contra sus compañeros y se ganará un ascenso y la enemistad de toda la comisaría, especialmente de Buzz White porque a él le suspenden de empleo y sueldo y a su compañero lo despiden. Dudley Smith no tardará en recuperar a White para un grupo que ha creado y, siempre que Dudley Smith está de por medio, algo huele mal.
White empleará sus puños y poco a poco el cerebro y Exley aprenderá a utilizar los puños sin renunciar a la inteligencia.
Hay multitud de tramas con personajes que tienen manchas en sus expedientes o son criminales. Esos secundarios pueden ser desde policías que aparecen en programas de televisión como imagen ideal del cuerpo de policía de Los Ángeles, héroes de guerra que no son tales, mandos policiales, políticos o jueces, sin obviar el mundo en el que han de investigar de prostitución, drogas, corrupción, pornografía… Igualmente la novela estará salpicada con estrellas del Hollywood de la época, como Lara Turner y su tempestuosa relación con el mafioso Johnny Stampanato («El guapo Johnny: acicalado, rizos compactos. Se rumoreaba que tenía un miembro de caballo y para colmo se ponía relleno»).
Ellroy definió L.A. Confidential como «hombres blancos malos haciendo cosas malas en el nombre de la autoridad», para mí es un viaje al infierno de cada uno de los protagonistas. Ninguno saldrá indemne, pero esto es novela negra y Ellroy un maestro.
Por último, les recomiendo la adaptación cinematográfica dirigida por Curtis Hanson y con Russel Crowe, Guy Pearce, Kevin Spacey, James Cromwell, entre otros. Yo llegué a la novela por la película y no la desmerece aunque se centre en unas pocas tramas.