Eleven mi horca es la última novela y la obra maestra de Geoffrey Homes, pseudónimo de Daniel Mainwaring. Significó un giro respecto a su producción anterior centrada principalmente en novelas de misterio y con un éxito discreto, Eleven mi horca bebía del hardboiled de Hammett. Cuando la escribió trabajaba como guionista en Hollywood, donde colaboró en cuarenta películas, donde destacarán las que firmó para Don Siegel: Caminos de sangre (Baby Face Nelson), El gran robo (The Big Steal), La invasión de los ladrones de cuerpos (Invasion of the Body Snatchers); y El imperio de terror (The Phoenix City Story) del director Phil Karson. Anteriormente había realizado trabajos como cajero, vendedor ambulante, vendimiador, detective, profesor o periodista durante diez años en el Chronicle de San Francisco.

Eleven mi horca comienza con Red Bailey pescando en un arroyo y donde le sorprende Ann, una joven veinteañera. En unas pocas líneas, sabemos que se aman, pero que él considera que no pueden estar juntos por la diferencia de edad y

«—Con un pasado —dijo Ann—Un pasado oscuro. Y quizás una esposa en algún lugar.

—Sin esposa. Pero con un pasado.

—¿Tu nombre no es Red Bailey?

—No.

—Eras un detective e hiciste algo.

—Correcto.

—Pero tu no me lo dirás.

—No.

—Así que tu fuiste a Corea y te convertiste en un héroe.

—No exactamente —dijo Red.

—Tú combatiste.

—Y sangré.

—Por un principio.

—De necesidad.

—Tú creíste en ello.

—Con el tiempo. No me lo reconocieron. No soy del todo estúpido.

—Luego, viniste a Bridgeport y abriste una gasolinera»

En este diálogo inicial está sintetizada toda la novela. En el «pasado oscuro» descubriremos que Red Bailey, cuando trabajaba como detective con su socio, recibieron el encargo del mafioso Whit Sterling de localizar a Mumsie McGonigle quien le disparó y se fue con cincuenta mil dólares. Probablemente huyó a México. Red Bailey la encontrará y se enamorará perdidamente de ella, aunque sepa que ella es «un alma negra». Para ponerla a salvo, deberá mentir a Sterling y a su socio en la agencia de detectives, al cual tenía pensado vender su parte del negocio para huir con ella:

«Fue en el barco que navegaba pacíficamente hacia el norte donde dejó de ver con claridad. Mumsie se convirtió en algo inventado por él, no en una hermosa mujer que había metido una bala de plomo en el vientre de Whit Sterling. Había necesitado una buena patada en los dientes para ver la realidad»

Nada es como parece y pronto Red Bailey descubrirá la mentira y su socio la traición de Bailey. Bailey cometerá un crimen que le perseguirá toda su vida.

En Bridgeport, Bailey no es el único que se ha fijado en Ann Miller. El ayudante del sheriff está enamorada de ella desde que eran adolescentes y cuenta con el visto bueno de los padres de Ann, en concreto, el padre de Ann intuye el peligro que puede significar Red Bailey para su hija. Sin embargo, Bailey cuenta con un aliado, su ayudante en la gasolinera, el Niño, un muchacho sordomudo que llegó hace un par de años en un camión de Reno.

En Bridgeport aparece Joe Stefanos, «Guy quiere verte» y aunque Red Bailey intenta negarse, sabe que no tiene opción. Deberá hacer un último trabajo para Sterling, un trabajo sencillo en Nueva York. Bailey no tardará en percatarse de que le están tendiendo una trampa. Deberá maniobrar para librarse de la encerrona y huir de la policía que le persigue por un crimen del pasado, enfrentarse a su antiguo amor, Mumsie, y luchar por no perder el de Ann.

En Eleven mi horca, tenemos un hardboiled clásico: diálogos de dos o tres palabras, acciones rápidas, los personajes condenados, los juegos sucios, el salvar las apariencias legales aunque no se haga justicia, el contraste entre la ciudad, donde está la corrupción, la mentira y la mafia y la vida en el campo, donde la naturaleza y la pesca representan la paz y la tranquilidad. Bridgeport también es un pueblo pequeño donde todos se conocen y todos participan de la vida de los demás. En cierta manera, Bailey había encontrado en Bridgeport su paraíso, una nueva vida y un futuro prometedor con Ann, pero su culpa le expulsa de él. Bailey se revuelve contra su destino, sabe que debe huir, pero ha de hacerlo con Ann. Ella estará dispuesto a ello, pero el ayudante del sheriff que conoce a Ann sabrá en qué momento ella dará el paso para fugarse con Bailey. La tragedia está servida. 

Por último, tres curiosidades sobre la adaptación cinematográfica de la novela que dirigió Jacques Tourneur en 1947, Retorno al pasado (Out of the past) . La primera, el primer guion de la adaptación de Eleven mi horca corrió a cargo de James M. Cain. Sin embargo, el cambio de localización propuesto por el escritor no satisfizo al productor de la RKO Warren Duff, quien se lo entregó a Frank Fenton para que lo puliera y terminó pidiendo a Geoffrey Homes (Daniel Mainwaring) que reescribiera el guion que Cain había hecho de su propia novela. La segunda, Mainwaring se inspiró en la obra de Hammett por lo que propuso a Humphrey Bogart para el papel protagonista, la productora se decantó por Robert Mitchum, el chico malo de Hollywood que se empeñó en demostrarlo fumando marihuana en el set. Tercera curiosidad, Mainwaring consideró que la película de Tourneur era superior a su novela. Mi consejo: lean la novela y vean la película, entre otras razones, porque el final es distinto.

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