Decía M. Cain que a él no le interesaba la violencia, él escribía «novelas de amor». Esta novela corta de Lorenzo Silva, finalista del Premio Nadal, es una novela de amor imposible que acaba mal. Desde la cárcel, el protagonista escribe en un cuaderno recordando cómo fueron los hechos que le condujeron hasta allí. Tenía treinta y tres años y un buen trabajo en un banco con jornadas interminables. Asqueado de su vida vacía y sin sentido se ha vuelto cínico, descreído y «bolchevique». La descripción de una imagen de la «Gran Duquesa» con sus tres hermanas, asesinadas por los bolcheviques, explicará «la flaqueza del bolchevique».

El protagonista nos relata con un lenguaje coloquial, crudo, soez cómo un lunes, en pleno centro de Madrid, golpea el coche de «una zorra con trajecito chanel». Se echan a un lado. Hacen los papeles, él es responsable del accidente. Ella se va y él se queda mientras el agente municipal, que lo ha presenciado todo, le multa (en sus palabras «el puto guardia me daba por culo») El protagonista decide vengarse de la mujer. Comenzará haciendo llamadas a su casa y acabará siguiéndola hasta un colegio. Allí descubrirá a «la cosa más formidable que mis ojos pecadores han reflejado en toda su puerca existencia»: Rosana. Una niña de quince años, «dieciséis en enero». Un amor imposible y un sentido a su vida.

No os dejéis engañar por el lenguaje tabernario del protagonista. Lorenzo Silva tiene la gran habilidad de utilizarlo para caracterizar el personaje y de emplearlo para hacer críticas a la sociedad, reflexiones filosóficas, musicales, literarias… no exentas muchas de ellas de un humor negro, una media sonrisa amarga (en la descripción de los tipos de trabajadores, cada cual que encuentre su categoría, él se incluye en la de los «soplapollas») La obra se lee del tirón y está tan bien escrita que te puedes imaginar perfectamente al personaje contándote la historia.

Por último, reseñar que esta novela fue llevada al cine en el año 2003 por Manuel Martín Cuenca con Luis Tosar y María Valverde, en su primer papel. En mi opinión, una fiel adaptación de la novela. Muy buena. También se ha hecho una obra de teatro, no he tenido la oportunidad de verla, con texto del propio Lorenzo Silva. En resumidas cuentas esta novela es un clásico moderno. Un año después, en 1998, Lorenzo Silva publicará la primera entrega de la serie que será otro clásico en la novela policíaca, El lejano país de los estanques, con la pareja de guardias civiles Bevilacqua y Chamorro.

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